Steve McCurry ha fascinado al mundo con fotografías que exponen la humanidad en tiempos de guerra e incertidumbre.
Su maestría a la hora de narrar historias, dominar los colores y componer imágenes tan contrastantes y únicas de culturas ya sean lejanas y minoritarias, antiguas o contemporáneas, le ha valido un puesto especial en el fotoperiodismo, convirtiéndose en todo un referente para futuros narradores visuales desde los años ochenta.
McCurry es muy conocido por su histórico retrato de 1984 “La chica afgana” (“Afghan Girl“), que fué la portada de National Geographic más célebre de la historia, y por derecho propio, una de las fotos en general más conocidas y comentadas de todos los tiempos, publicada en el número de junio de 1985.
Pero esta hermosa fotografía no es la única obra maestra de McCurry ni tampoco su única pieza inolvidable. Además, a día de hoy se mantiene activo viajando a sitios remotos de África y Asia, en busca de nuevas historias que contar.
Así, la guerra, la injusticia y la tragedia se entremezclan en su extenso portfolio artístico que celebra la esperanza, la diversidad y la inocencia de una forma que sólo nos puede transmitir honesta admiración por su obra.
”Me interesan los puntos en común entre las personas de todo el mundo. Da igual si viven en China, Afganistán o Estados Unidos: nuestras vidas son más o menos similares. Todos trabajamos, tenemos amistades, compartimos comidas. (...) Después de tantos viajes y de haber conocido a tantas personas diversas y únicas en el trayecto, he encontrado un terreno común que nos unifica, por encima de las diferencias y conflictos que nos separan.
Biografía de Steve McCurry
Del cine e historia al fotoperiodismo
Steve McCurry nació en Filadelfia, Pensilvania, el 24 de febrero de 1950. Entre poco y nada se sabe de su infancia y adolescencia, pero uno de sus intereses desde muy joven era el cine y la historia, razón por lo que cursó ambas carreras en la Universidad del Estado de Pennsylvania.
El joven McCurry hizo sus primeros viajes con tan sólo 19 años e inicialmente su gran sueño era volverse cineasta, pero en la universidad se enamoró de la fotografía y en especial de la realizada desde un ángulo humanista y periodístico.
Así iniciaría su carrera como fotógrafo en blanco y negro para un periódico local de Pensilvania durante tres años, en los que retrató la vida diaria en el estado.
Después se haría freelance para así trabajar en distintos medios sobre temas de sociedad, geografía y política en revistas especializadas hacia tales categorías.
Su primera influencia es Henri Cartier-Bresson, en quien ve a una figura espectacular del fotoperiodismo que, en palabras de McCurry “logró trascender el medio gracias al poder de sus imágenes”, y recalcando que “Sus imágenes son eternas porque funcionan en muchos niveles diferentes”.
Así, conoce la filosofía detrás del instante decisivo y le inspira.
Ya con 24 años su hermana le recomienda “Son of bitch” del fotógrafo y futuro amigo Elliott Erwitt, un fotolibro en blanco y negro de perros junto a sus dueños, que influyó enormemente sobre McCurry, sobre todo en su faceta poco conocida como fotógrafo de animales, que inició a partir de 1990 aproximadamente.
Al final logró licenciarse en artes teatrales e inicia en 1977 su primer gran viaje al exterior, a la India, donde vive por un año. Y luego a Pakistán en 1979, donde logra camuflarse como uno más al vestirse de manera similar a los pakistaníes.
Se alojó en hoteles baratos e incluso peligrosos, en parte para pasar desapercibido, en parte porque no tenía más dinero.
Con el tiempo el entonces fotorreportero se ganó la confianza de un grupo de pakistaníes que le ayudaron para llegar a Afganistán ilegalmente, justo días antes de que el país fuera invadido por las fuerzas soviéticas.
Gracias a ello, Steve McCurry logró capturar un momento histórico que casi ningún medio occidental pudo presenciar tan directamente y en vivo. Tras dos semanas logra escapar a Pakistán, y para pasar desapercibido tuvo que coser los carretes alrededor de su ropa de estilo muyahidín, ocultándolos así en todo su cuerpo.
Como resultado fue uno de los primeros fotógrafos en retratar la brutal invasión soviética, y ganó la Medalla de Oro Robert Capa, que se entrega a quienes se les considera que han hecho los fotorreportajes más valerosos de cada año. Inmediatamente atrajo la atención del New York Times, Time y Paris Match, medios en los que su trabajo sería expuesto y celebrado.
Los ochenta empiezan por todo lo alto para el joven Steve ya que empieza a trabajar para el National Geographic, y viaja a otros países en conflicto como la antigua Yugoslavia, Líbano, Camboya e Irak. Además, ingresó en 1986 en la mítica agencia Mágnum Photos.
Esta sería la primera etapa de McCurry, caracterizada por el fotorreportaje de guerra y sus víctimas, su “época valiente”, en la que el visor de la cámara le ayudaba a enfrentar las crudas escenas de dolor e injusticia. Etapa donde, incluso, arriesgó su vida varias veces.
Terminaría esta etapa gradualmente a mediados de los noventa, embarcándose cada vez más en la fotografía de viajes y el retrato.
Hoy, con una carrera de más de cuarenta años, su portfolio contiene fotografía documental, comercial y editorial, a través de fotografías de viajes, retratos y animales, tomadas en los seis continentes del mundo.
Ha ganado cuatro premios del World Press Photo, un Premio Nacional de Fotógrafos de Prensa, y desde 2019 es miembro del Salón de la Fama de la International Photography Hall of Fame and Museum. En total, más de quince prestigiosas distinciones ha recibido a lo largo de su carrera, la mayoría entre 1992 y 2003.
Pero antes de adentrarnos en el porqué de su fama y su estilo detrás, es necesario repasar la historia detrás de su fotografía más conocida: “La muchacha afgana”, de 1984.
Steve McCurry y Sharbat Gula: ¿La Mona Lisa del siglo XX?
En diciembre de 1984 viaja a Pakistán otra vez por cortesía de National Geographic. Entra a un campo de refugiados y por casualidad encuentra a una chica que inmediatamente le llama la atención.
La chica en cuestión sería Sharbat Gula quien entonces era una huérfana refugiada de 12 años en el campo Nasir Bagh, cerca a Peshawar, entre la frontera de Pakistán y Afganistán.
Usó una Nikon FM2 y una lente Nikkor 105mm f/2,5 para retratarla, y la imagen definitiva fue tan poderosa que el jefe de National Geographic la publicó como portada de la revista en junio de 1985
Desde entonces, el retrato se ha usado en infinidad de campañas sobre crisis de refugiados e infancias desprotegidas por las guerra en Afganistán, y es un símbolo de la crisis humanitaria afgana de la que Occidente fue tan indiferente.
Jamás se supo el nombre de la muchacha ni dónde se encontraba hasta que, tras una década de búsqueda de McCurry y un equipo de National Geographic, se la encontró en 2002, con serios problemas económicos en su familia, que fueron cubiertos por la revista.
En esos 17 años de anonimato nunca supo que su foto era tan famosa y se mostró irritada por el hecho de que su imagen se expusiera alrededor del mundo sin su consentimiento, además que McCurry ni siquiera se molestó en preguntar su nombre en aquel 1984.
Sólo después se mostró contenta al comprender que la imagen ayudó a visibilizar la tragedia afgana. Y tras los ataques del 11 de septiembre, hubo un renovado interés por Afganistán, que trajo aún más fama y relevancia a su retrato.
La devastadora y conmovedora vida de Sharbat Gula, así como la titánica búsqueda detrás de su paradero es el motivo del documental de 2002 “Search for the Afghan Girl“, narrado por Sigourney Weaver.
Hoy Gula es una mujer que tiene 51 años y vive con sus familiares en Italia gracias a un asilo político dado a finales de 2021, tras recibir serias amenazas de muerte en Afganistán.
Si bien quizá son palabras mayores comparar la imagen de la muchacha afgana con la Mona Lisa, es verdad que parte de su popularidad es porque ella se nos puede hacer familiar debido a su similitud con otros retratos que son universales.
Del mismo modo que W. Eugene Smith evocaba a ‘La Piedad’ de Miguel Ángel en su fotografía de ‘El baño de Tomoko’, Steve McCurry nos dio una imagen que evoca a Da Vinci.
El estilo de Steve McCurry al descubierto: lo que podemos aprender
Dicho esto, la mirada y el color son dos elementos muy presentes en las fotografías de Steve McCurry (como la de Gula), pero no es lo único.
Su fotografía suele ser lo contrario al minimalismo: sus imágenes están cargadas de narración, movimiento, contrastes y un gran dominio del color. Esto es lo que más destaca en su obra, y es un todo unificado a la perfección.
Como Cartier-Bresson, McCurry procura que sus imágenes sean funcionales a varios niveles: a nivel técnico, cromático, compositivo y narrativo. Y sí, es fácil afirmar eso, pero no lograrlo. Veamos más a fondo las características de su fotografía:
El infinito
Los puntos de fuga son líneas imaginarias o reales que tienden hacia el infinito, el ejemplo más claro está en esas imágenes genéricas tomadas en el medio de una carretera desértica.
Pero este tipo de líneas son percibidas por nuestros ojos en cualquier lado, y ayudan a crear armonía en una imagen. A veces es sutil, y otras veces es más claro.
Tales líneas están presentes a lo largo de la trayectoria de esta leyenda de la fotografía, y, claro, está, combina tal característica junto a otras para componer una imagen armónica: la regla de los tercios, patrones que se rompen, simetría, etc.
La mirada
McCurry gusta que sus sujetos vean directamente a la cámara o a un punto cercano a ésta, pero no se detiene ahí: usando la iluminación, el color o la repetición de patrones (más personas de fondo, un niño con la cara pintada, etc) hace que el retrato final sea realmente distinguible y estimulante.
Teoría del color
¿Has notado lo bien que complementa el verde y rojizo en el retrato de Sharbat Gula, el azul y el naranja en las fotos de monjes budistas o el hombre de verde que es levantado por un grupo de hombres coloreados con una tinta rojiza?
A través de la saturación e intensidad del color, McCurry unifica los elementos de sus fotos y realza, asimismo, el contraste.
Fijaos en cómo el elefante y el árbol parecen del mismo tono, o la vaca dormida con un niño cuya ropa se combina con el suelo y las palomas alrededor.
Repetición y simetría
A veces basta con exponer a un sujeto en el centro y sin distracciones. Lo vemos en el retrato en clave baja del hombre afgano y en la geisha que sobresale con el rojo y las líneas de las escaleras dando hacia ella.
En otras fotos, hay varios sujetos pero sólo uno es el protagonista, que suele ser quien rompe con la uniformidad de los otros.
Verbigracia: La posición del trío de pescadores, si nos fijamos, forman una línea que llevan a mirar al otro pescador sobre el agua, quien está en un tercio derecho de la imagen.
Es una foto 100 % McCurry: Bastante detalle, colores que complementan maravillosamente (azul, blanco y marrón) y, cómo no, excentricidad per se.
Y no siempre un sujeto sobresale, pero en tales casos, McCurry se vale de los puntos de fuga, la simetría, el color y el movimiento para obtener una buena fotografía.
Claro, esto no son los únicos elementos que aprovecha el fotógrafo para componer una escena. McCurry, como gran maestro que es, domina las reglas de composición, las aprovecha, las rompe y las combina.
Ya en 2015 la COOPH (Cooperative of Photograph) nos dio unos 9 consejos imprescindibles para lograr buenas fotografías, basándose en la obra de McCurry.
Y sobre su uso particular del dinamismo y el movimiento ya nos habló nuestro amigo Rober Tomás en nuestro curso Evoluciona tu mirada con los grandes fotógrafos.
Pero nadie es perfecto, y McCurry no está lejos de ser errante en su arte o en su vida, como cualquier otra persona.
Sólo un año después saldría una polémica que causaría sentimientos encontrados en el mundo de la fotografía, y que vale la pena contextualizar a la hora de repasar su carrera.
La controversia por la modificación de imágenes con Photoshop
En 2016, el historiador del arte, fotógrafo e intelectual Teju Cole escribiría un artículo para New York Times llamado “A Too-Perfect Picture” (Una imagen demasiado perfecta”) donde señaló a McCurry como un fotógrafo aburrido y que fetichiza a la población de la India a través de clichés y estereotipos.
Era una de las primeras veces en las que una voz de autoridad como la de Cole criticaba a una “vaca sagrada de la fotografía” como McCurry, pero mientras tanto habían críticas más feroces, pues se descubrió el uso de Photoshop en sus imágenes.
Hubo una reacción en cadena en la que fotógrafos de todo el mundo descargaron las imágenes de McCurry de su sitio web y Magnum, en busca de clonaciones y modificaciones problemáticas en el contexto del fotoperiodismo, esto tras notarse una modificación descarada y mediocre de una foto de La Habana en una de sus exhibiciones.
Muchas fotos se evidenciaron como retocadas, McCurry tuvo que borrarlas, y los sitios web de Magnum y National Geographic la retiraron brevemente durante la polémica.
En respuesta McCurry se justificó reforzando su estatus como narrador visual en lugar de fotoperiodista, y culpó a su equipo por las modificaciones.
El problema de su uso de Photoshop era, en concreto, el uso de herramientas de clonación y borrado, así como otros detalles menores para “perfeccionar” una imagen.
Editar el color, el contraste y otros elementos de una foto es algo que se permite dentro del fotoperiodismo, y es evidente que este fotógrafo aplica un tratamiento al color de sus imágenes a través de un proceso de post-producción, lo que ha hecho desde siempre.
Pero una modificación, aunque sea menor, es algo considerado poco ético e inclusive ilegal en ciertos aspectos, pues en el fotoperiodismo, como bien expresa su nombre, se busca la verdad, no interpretaciones o modificaciones de una historia.
Este desafortunado caso se cerró cuando McCurry juró que no volvería a modificar sus fotografías.
De todas formas, entre poco a nada mancha esto su carrera, pues las modificaciones, aunque fueran algo deshonestas, no fueron graves. Había demasiado e innecesario ruido en esta polémica. Y pese a que su reacción no fue la mejor, sin duda se le puede perdonar.
¿Y tu que piensas?
Libros de Steve McCurry
El prolífico Steve McCurry quizá sea el fotógrafo con más libros vendidos en este siglo, y eso no sorprende por la belleza, peculiaridad y alegría que transmite su obra. Pero entre tantos libros de su autoría, los importantes serían los siguientes:
“Historias y sueños: Retratos de la infancia”, 2021: McCurry presume aquí sus dotes como narrador de historias, enfocándose esta vez en retratar la adversidad, contrastes y alegrías de las infancias de todo el mundo.
“In Search of Elsewhere” (Steve McCurry: El mundo en mis ojos), 2020: Imágenes nunca antes publicadas que recorren países como Cuba, China, Nepal, Birmania e India, realizadas entre 1981 y 2019.
“Steve McCurry: Una vida en imágenes”, 2018: El libro más completo de la obra de McCurry es una delicia de tapa dura, 392 páginas, 350 fotografías y 100 inéditas.
“India”, 2016: La nación favorita de McCurry (que ha visitado más de 70 veces) es retratada aquí con su particular visión que realza el vibrante, llamativo y estimulante paisaje del país. Como curiosidad, en el mismo año Coldplay lanzó su tema “Hymn For The Weekend”, un videoclip claramente inspirado en el imaginario de McCurry sobre la India.
“Untold: The Stories Behind the Photographs”, 2013: Podriamos llamarlo su biografía y a diferencia de los otros fotolibros de su autoría, en éste el artista nos da un “detrás de escena” de sus fotos, cómo las compone y las revela, o qué historia ocultan. Excelente para conocer a fondo tanto al artista como a su arte. Eso sí, sólo se encuentra en inglés.
“Retratos”, 1999: Su primer clásico. Se muestra la obra esencial del autor, desde sus imágenes más célebres a unas cuantas inéditas.
Si los fotolibros te aburren, hay un cómic del 2016 sobre Steve McCurry llamado “McCurry, NYC, 9/11”, que recorre y recrea su trayectoria, a propósito de su cobertura de los ataques del 9/11.
También hay un documental del año pasado titulado “McCurry: La búsqueda del color”, actualmente sólo puede verse bajo demanda y en inglés.
McCURRY, LA BÚSQUEDA DEL COLOR | Trailer en Español
Alquiler o compra del documental
Frases de Steve McCurry
Como comentamos ya con Annie Leibovitz, Steve McCurry ha reiterado en diversas ocasiones la importancia de la conexión humana en la fotografía: Debemos conocer a nuestros sujetos y debe darse una confianza mutua, libre de nerviosismo.
En realidad, sobre su filosofía de trabajo no hace falta explicar mucho cuando podemos citarle directamente:
“Para tomar una buena fotografía, necesitas pasar tiempo con la gente hasta que confíen en ti y olviden que estás ahí para fotografiarlas”.
“Si sabes esperar, la gente se olvidará de tu cámara y, entonces, su alma saldrá a la luz.”
Sobre qué es una buena fotografía, McCurry lo equipara con la poesía: sea cual fuere la técnica debe conmovernos, provocar alguna emoción, porque esa es la máxima del arte. O dicho de otro modo:
“Lo importante en mi trabajo es la imagen individual. Fotografío historias por encargo y, por supuesto, hay que unirlas de forma coherente. Pero lo más importante es que cada imagen tenga su propio lugar y sentimiento.”
Para remarcar está su definición del éxito en la fotografía:
“El éxito en fotografía consiste en llenar tu espíritu de curiosidad, explorar temas que despiertan gran interés, y que pueden estar en cualquier lugar. Concentrarse en lo que a uno le interesa e inspira y en la historia que desea contar. Y aprender del trabajo de otros buenos fotógrafos.”
Su pasión por el fotoperiodismo ha sido tan intenso que ha arriesgado su vida y aún hoy podemos asegurar que su preocupación por contar historias y visualizarlas no cesa, pues, aunque esto no se sabe demasiado, es fundador de Imagine Asia, una ONG que busca y facilita el acceso a la educación a las infancias de Afganistán.
Queda claro que Steve McCurry es un fotógrafo cuya máxima está en darnos un vistazo al lado más humano de la humanidad, así sea en tiempos en los que parece reinar la desazón y la injusticia.
No te pierdas…
- Entrevista a Steve McCurry en español – Espacio Fundación Telefónica Madrid https://youtu.be/G3zkpTQNOW8?si=crk4Xp-yC5T_uzWM
- En Busca de la Muchacha Afgana, Sharbat Gula (Documental en español) https://youtu.be/WUgEqVZrj6M?si=xVhY3ACUVsGJfmxA
- Próximas exhibiciones de Steve McCurry https://www.stevemccurry.com/exhibitions
- Aprender fotografía. Curso de inicio. Comienza a soñar. https://fotonistas.com/cursos-de-fotografia/online/aprender-fotografia-curso-de-iniciacion/
Preguntas frecuentes
¿Qué cámaras usa Steve McCurry?
DSLR Nikon de objetivo con zoom de 24-70 mm. También ha usado ocasionalmente la Hasselblad digital de formato medio y modelos de Leica.
¿Qué países ha visitado Steve McCurry?
McCurry ha recorrido gran parte del África y Asia Oriental, y entre sus países favoritos están India, Laos, Birmania, Tíbet, Tailandia y Camboya.
¿Cuáles son sus mayores influencias fotográficas?
Henri Cartier-Bresson, W. Eugene Smith, Robert Frank y Elliott Erwitt.
Hablando de conocer la vida de los fotógrafos que han hecho historia…
¿Sabes que mirar sus fotografías es la mejor manera de que las tuyas tengan alguna posibilidad de hacer historia también?