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Nada habla más de la esencia de la humanidad y el mundo que la cámara de Sebastião Salgado. A lo largo de su carrera, este inigualable fotógrafo brasileño ha logrado retratar la belleza, la tragedia y la esperanza que conviven en nuestro planeta.

Sebastião Salgado es mucho más que un fotógrafo: es un defensor de la humanidad y el medio ambiente, un artista que utiliza su lente para retratar la belleza y la dureza del mundo. Su obra nos recuerda que todos somos parte de una comunidad global interconectada y que tenemos el poder de marcar una diferencia positiva.

Ejemplo viviente de cómo se puede cambiar el rumbo de la vida y encontrar la verdadera pasión. Su biografía no solo nos habla de un increíble fotógrafo, sino también de una persona resiliente y comprometida, que utiliza su talento para marcar una diferencia en el mundo. Sin duda una fuente de inspiración para todos nosotros.

Lo que quiero es que el mundo recuerde los problemas y las personas que fotografío. Lo que quiero es crear una discusión sobre lo que está sucediendo en todo el mundo y provocar un debate con estas imágenes. Nada más que esto. No quiero que la gente los mire y aprecie la luz y la paleta de tonos. Quiero que miren dentro y vean lo que representan las imágenes y el tipo de personas que fotografío.

Biografía de Sebastião Salgado

Primeros años de Sebastião Salgado: de Minas Gerais a París

 

La historia de Sebastião Salgado comienza el 8 de febrero de 1944, en una hacienda en Aimorés, en el estado brasileño de Minas Gerais.

Fue aquí donde creció, rodeado de las maravillas naturales de la selva tropical, una experiencia que sin duda influiría en su aprecio por el mundo natural.

Único hijo varón, con siete hermanas, fue desde joven un viajero inquieto.

Pero su camino hacia la fotografía no fue directo. 

Tras completar el bachiller en Vitória, inició la carrera de derecho para abandonarla después y estudiar Economía en la Universidad del Espírito Santo hacia 1964. 

Una vez ahí y en un denso contexto de represión estudiantil, se une a grupos de izquierda que ofrecían resistencia ante la recién impuesta dictadura militar financiada por Estados Unidos. 

Para entonces conoció y se enamoró de la ex-profesora y escritora Lélia Deluiz Wanickcon quien se casó en 1967, mismo año en el que Salgado se graduó como economista. 

Un año después colaboró con el Ministerio de Finanzas de Brasil, pero al oponerse al régimen la pareja tuvo que exiliarse y mudarse a París durante los años de la dictadura en Brasil (entre 1964 a 1985).

En París, Sebastião aprovechó para realizar su doctorado en economía matemática.

Francia fue un país muy solidario con las dictaduras latinoamericanas.

Entre tanto, Lélia estudió arquitectura y compró una cámara para sus estudios. Es así como Sebastião conoce la fotografía por primera vez. 

 

De economista al fotógrafo: el giro de 180 grados de Sebastiao Salgado

 

Como él mismo indica:

 

Descubrí la fotografía por casualidad. Mi esposa es arquitecta, y cuando éramos jóvenes y vivíamos en París, se compró una cámara para tomar fotos de los edificios. Por primera vez miré a través de una lente, y la fotografía de inmediato comenzó a invadir mi vida.

En 1972 se mudaron a Londres, ya que Salgado empezó a trabajar para la Organización Internacional del Café. 

Por ello realizó numerosos viajes a África, en especial a Kenia, Uganda, Burundi y la República del Congo. 

Fue durante uno de estos viajes, a sus  29 años, cuando la magia comenzó a suceder.

Lélia Wanick tenía una Nikon para sus propios intereses artísticos, y Sebastiao tomó su cámara para capturar momentos de la vida cotidiana en África. 

Aquellos primeros disparos, llenos de humanidad y vida, prendieron la chispa de una pasión que cambiaría la vida de ambos para siempre.

Decidido a seguir esta nueva y apasionante ruta, Salgado abandonó su carrera como economista en 1973 y se embarcó en una nueva vida como fotógrafo, primero como freelance y luego como miembro de la agencia Sygma al año siguiente.

Entre esos dos años realizó reportajes sobre:

  • La sequía en el Sahel
  • La hambruna de Etiopía
  • Revolución de los Claveles de Portugal 
  • Guerra de independencia en Mozambique

Luego se unió a la agencia fotográfica Gamma en 1975,  realizando trabajos en casi toda África, Europa y América Latina. 

En 1977 inició un largo ensayo fotográfico sobre los indios y campesinos de América Latina.

Y en 1979 se unió a la prestigiosa agencia Magnum Photos, lo que marcó el comienzo de su exitosa carrera como fotógrafo documental. 

Con cada paso que daba, cada imagen que capturaba, Salgado se acercaba cada vez más a su objetivo: utilizar su cámara para contar las historias de quienes a menudo son ignorados y dar voz a los que no la tienen.

Hasta hoy en día el estilo del fotógrafo brasileño es inconfundible: su dramático blanco y negro con excelsa composición rica en detalles resalta la belleza de realidades extremas e incómodas a la vista. 

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Obras más célebres de Sebastião Salgado

Otras Américas (1986)

 

Este fue el primer gran trabajo de Sebastião Salgado. 

En “Otras Américas”, Salgado documentó la vida y las costumbres de las comunidades rurales e indígenas de América Latina durante un período de seis años, desde 1977 hasta 1983.

Sus fotos intensamente emotivas y a menudo desgarradoras capturan la lucha cotidiana de la pobreza y la injusticia, pero también la fuerza de espíritu y la riqueza cultural latinoamericana. 

Más en concreto, son imágenes capturadas en Ecuador, Perú, México, Chile y Guatemala.

Sahel: El fin del camino (1988)

 

Entre 1984 y principios de 1986 trabajó en colaboración con Médicos Sin Fronteras en un proyecto de 15 meses de duración documentando la hambruna en África.

Salgado centró su lente en la devastadora sequía que afectó a la región del Sahel en África. Vivió y fotografió la crisis humanitaria que afectó a Chad, Etiopía, Malí y Sudán.

Tanto el libro como una serie de exposiciones fotográficas fueron creados específicamente para concienciar y apoyar los esfuerzos de Médicos Sin Fronteras.

Trabajadores (1993)

 

Proyecto fotográfico traducido en 400 páginas que son mucho más que un libro de fotografías: es una crónica visual y un tributo a los hombres y mujeres que construyen el mundo con sus manos.

Salgado llevó a cabo este proyecto de 1986 a 1992, durante el cual visitó más de 26 países, documentando las vidas y las duras condiciones de los trabajadores manuales en diversos sectores, desde la minería y la agricultura hasta la construcción y la industria pesada.

Desde las minas de carbón en la India hasta los recolectores de café en Brasil, desde los obreros de la construcción en China hasta los cortadores de caña de azúcar en Cuba, Salgado retrata una variedad de trabajadores en todo el mundo, capturando la dignidad, el orgullo y a menudo la desesperación que se puede ver en sus rostros y posturas.

Las imágenes en “Trabajadores” son potentes y a menudo impactantes, mostrando las extremas dificultades y los peligros que enfrentan los trabajadores, así como su resistencia y fuerza de espíritu.

A través de su lente, Salgado logra capturar la esencia de su esfuerzo y la enormidad de las tareas que realizan.

Pero “Trabajadores” no es solo un retrato del trabajo manual precarizado, es también una crítica del capitalismo y de las desigualdades económicas. A través de sus fotografías, Salgado nos obliga a mirar más allá de nuestras propias experiencias y a confrontar la realidad del trabajo en sus formas más crudas y duras.

Al mismo tiempo, el libro celebra la capacidad humana para soportar, resistir y crear a través del trabajo físico.

Trabajadores es un conmovedor homenaje a los trabajadores de todo el mundo y un recordatorio poderoso de la profunda desigualdad que aún caracteriza nuestro mundo globalizado.

En él, Salgado utiliza la fotografía no solo como una forma de arte, sino también como una herramienta para la concienciación y el cambio social.

Éxodos (2000)

 

Sebastião Salgado no había finalizado su proyecto “Trabajadores” cuando ya estaba junto a Lélia Wanick creando el concepto para su próximo proyecto. 

Se inspiró asimismo del éxodo que vivió en carne propia cuando, al inicio de la dictadura militar de Brasil, tuvo que huir del país y ver cómo tantos de sus conocidos también lo hacían.

Salgado encontró, además, que entre los trabajadores manuales peor pagados solía haber un elemento en común: el éxodo y la migración. 

Así, Éxodos documenta la migración humana a gran escala causada por conflictos, desastres naturales, pobreza y otros fenómenos sociales.

Realizado durante seis años y en más de 40 países, “Éxodos” te traslada en un viaje profundamente emotivo a través de los caminos trillados por los refugiados y los desplazados.

Salgado captura a las personas que han abandonado su hogar y su tierra en busca de un futuro mejor.

El libro se divide en cinco partes, cada una dedicada a una región o aspecto específico de la migración.

Explora la historia de los refugiados de Ruanda, la vida en campos de refugiados en Tanzania, la diáspora de la población judía, las migraciones económicas hacia Estados Unidos, y los desplazamientos causados por conflictos y guerras en los Balcanes, entre otros.

Salgado retrata las terribles realidades y las durísimas condiciones que enfrentan las personas desplazadas, a la vez que captura la resistencia, la resiliencia y la esperanza de la humanidad en medio de la adversidad.

A través de sus fotografías se puede sentir la desesperación, la esperanza, el miedo y la determinación de las personas capturadas por su cámara.

Como pasa con otros libros de fotografía de su carrera, “Éxodos” es un llamada a la conciencia y a la acción. Además, completó el proyecto con mayor libertad creativa tras haber dejado la agencia Magnum en 1994.

Salgado nos lleva a las profundidades de la experiencia humana, exponiendo las circunstancias devastadoras y a menudo olvidadas que enfrentan las personas desplazadas y refugiadas.

El brasileño utiliza su cámara no sólo para documentar, sino también para dar voz a aquellos a los marginados, y para llamar la atención sobre las realidades a las que muchas personas de todo el mundo deben enfrentarse.

Sebastião Salgado: características

 

Detengámonos un momento para comprender algunos elementos clave del estilo visual de Sebastião Salgado y su filosofía. Porque si por algo destaca es por su dominio del blanco y negro, con una riqueza tonal que va más allá de los grises. 

Es un estilo que ha definido a través de su estudio de la fotografía y grandes referentes, como Walker Evans y Ansel Adams, quienes también destacan por su uso de las texturas.

Sus composiciones, cargadas de detalle y nitidez, transmiten dramatismo y una sensación de atemporalidad. Este enfoque no solo embellece la imagen, sino que también contrasta con la crudeza de las realidades que retrata.

  • Técnica fotográfica

El brasileño prefiere usar una gran profundidad de campo y un tiempo de exposición mínimo, para así detener por completo el movimiento.

En cuanto a equipo, Salgado comenzó su carrera con cámaras Leica SLR y telémetros, utilizando la Leica R6 para gran parte de su obra más celebrada. Con la llegada de la fotografía digital, adoptó la Canon 1DS y objetivos de la serie L. 

  • Temáticas y mensaje político

Salgado se enfoca en realidades marginadas: hambre, guerra, éxodo y explotación.

Su obra es un reflejo del sufrimiento humano, pero también de la resiliencia y dignidad ante la adversidad. A través de sus imágenes, denuncia las desigualdades y contradicciones de la contemporaneidad, mostrando a quienes, desde los márgenes, mantienen en movimiento al mundo.

Proyectos como *Trabajadores* y su icónica serie sobre la mina de Serra Pelada (1986) son ejemplos emblemáticos de esta visión.

Aunque algunos lo acusan de estilizar la miseria, Salgado es, ante todo, un fotógrafo humanista.

Su énfasis hacia lo incómodo nace de un ideal progresista que busca visibilizar lo invisible. No importa si retrata a personas de la India, mexicanos o sudaneses; en su obra, todos comparten la misma humanidad y capacidad de resistencia.

Sin embargo, esto tuvo sus consecuencias.  Sobre todo para sí mismo.

Tras tantos años fotografiando la desesperación humana, Sebastião Salgado estaba enfermo. 

 

No tenía ninguna enfermedad, pero su alma estaba enferma.

Ya no creía en nada, en ninguna salvación para la especie humana.

No merecíamos vivir. Nadie merecía vivir.

Pero ¿por qué tanto nihilismo?

El fotógrafo tocó fondo al presenciar el genocidio de Ruanda de 1994, en el que cerca de un millón de personas de la etnia tutsi y sus aliados de la otra tribu, los hutu, fueron asesinados. En su charla TED de 2013, Salgado lo resumió de esta forma:

En Ruanda vi brutalidad total. Vi diariamente miles de muertes. Perdí la fe en nuestra especie. No creía posible que viviéramos mucho más y comencé a ser atacado por mis propios estafilococos. Comencé a tener infecciones en todos lados. Cuando hacía el amor con mi esposa, no me salía esperma, me salía sangre. Fui a ver al doctor de un amigo en París, le dije que estaba completamente enfermo. Me examinó y me dijo: “No estás enfermo, tu próstata está perfecta. Lo que pasó es que viste tantas muertes que ahora te estás muriendo”.

Tal masacre en masa se realizó en su mayoría con armas blancas e implicó miles de casos de abuso sexual.

Por si fuera menor el dato, la magnitud de la violencia se concentró, de hecho, en un periodo bastante corto: entre abril y julio de 1994.

En la película La Sal de la Tierra, se dice lo siguiente:

Sebastião había visto las entrañas de la oscuridad… Y se cuestionó profundamente su trabajo como fotógrafo social y su papel como testigo de la condición humana.

¿Qué podría hacer después de Ruanda? Para esos momentos, la salud de mi abuelo había empeorado. Mis padres regresaron a Brasil para cuidar la granja. No era más que un terreno baldío, no sabían qué hacer con él. Los pájaros, caimanes y las selvas majestuosas habían desaparecido. No quedaba nada de las memorias de infancia de Sebastião. Y luego, a Lélia se le ocurrió una idea sorprendente: ¿Por qué no replantamos la selva que había antes? La selva que había antes y que alguna vez ocupó todas estas colinas. Era la mata atlántica. La selva tropical atlántica. Nadie había tratado de replantarla y menos a una escala de 600 hectáreas.

La sugerencia de Lélia fue, probablemente, creada bajo el impulso de levantar el espíritu de la familia. Aun así, comenzaron a hacerlo. Y en los siguientes diez años, nada más que un hermoso milagro sucedió en esta tierra que desde entonces fue llamado Instituto Terra.

 

Los Salgado y el Instituto Terra

 

El Instituto Terra, fundado en 1998 por Sebastião Salgado y su esposa Lélia Deluiz Wanick Salgado, es una organización sin fines de lucro en Brasil dedicada a la reforestación, la conservación y la educación ambiental.

Después de regresar a su hogar en el estado de Minas Gerais, Brasil, Sebastião y Lélia se sintieron desconsolados al descubrir que la exuberante selva tropical que una vez caracterizó la región había sido devastada por la deforestación.

Decidieron entonces transformar la tierra baldía de su vieja hacienda familiar en un bosque.

A través del Instituto Terra, reforestaron una parcela de 1.502 acres con más de 2 millones de árboles de 290 especies diferentes.

El resultado ha sido asombroso: el área, que alguna vez estuvo completamente degradada, ahora es un exuberante bosque tropical, un Santuario del Atlántico – reserva natural privada – hogar de cientos de especies de flora y fauna, muchas de las cuales están en peligro de extinción.

Pero la labor del Instituto Terra va más allá de la reforestación.

También trabaja en la recuperación de manantiales de agua y en la creación de un corredor de biodiversidad.

Además, el instituto lleva a cabo programas educativos y de sensibilización para fomentar una mayor conciencia y acción en torno a los problemas ambientales.

El Instituto Terra es un testimonio de lo que es posible cuando se tiene una visión y la determinación para hacer un cambio positivo.

Es un proyecto de regeneración y esperanza, y demuestra el poder del esfuerzo humano para restaurar y proteger nuestro medio ambiente.

Sebastião Salgado, a través de este proyecto, nos enfatiza el deber de que tomemos conciencia y protejamos nuestro único hogar, la Tierra.

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Genesis (2013)

 

Lejos de dedicarse enteramente al Instituto Terra, Sebastião y Lélia idearon otro proyecto fotográfico, el cual devolvió al fotógrafo a sus orígenes.

“Génesis” es una extensa y ambiciosa colección de fotografías que capturan la naturaleza y la vida humana en su estado más puro y primitivo.

Realizado durante un periodo de ocho años, Salgado viajó a los rincones más remotos e intactos del planeta, con el objetivo de mostrar la majestuosidad de la naturaleza y las formas de vida que han permanecido inalteradas a pesar de la expansión de la civilización moderna.

El libro está dividido en cinco secciones geográficas: el Sur del Planeta, Santuarios, África, Tierras del Norte y la Amazonía y Pantanal.

Cada sección presenta paisajes y formas de vida únicas, desde tribus aisladas y animales raros hasta montañas escarpadas y vastas extensiones de desierto.

“Sur del Planeta” cubre las regiones polares y subpolares de la Antártida y las Islas Malvinas. “Santuarios” muestra áreas como el archipiélago de Galápagos y las montañas del este de África.

“África” se centra en la vida silvestre y las tribus indígenas del continente, mientras que “Tierras del Norte” presenta las regiones árticas de América del Norte y Eurasia.

“Amazonía y Pantanal” captura la selva tropical y las zonas húmedas de Brasil.

En “Génesis”, Salgado busca evocar un sentido de asombro y respeto por la belleza natural del planeta y por las formas de vida que aún se mantienen fieles a sus antiguos modos de existencia.

Las imágenes de Salgado son poderosas y deslumbrantes, pero también evocadoras y simbólicas, capturando no solo la magnificencia de la naturaleza, sino también su fragilidad.

“Génesis” es una obra maestra fotográfica que celebra la diversidad y la belleza de la naturaleza, al tiempo que sirve como un recordatorio de la importancia de preservar y proteger el planeta para las futuras generaciones.

Amazonia (2021)

 

“Amazonia” es otro magnífico proyecto en el que Sebastião Salgado nos lleva en un viaje visual y espiritual a través de la majestuosidad y la diversidad del Amazonas, una de las últimas regiones verdaderamente salvajes del mundo.

Realizado durante seis años, el proyecto “Amazonia” es un tributo al bosque tropical más grande del mundo y a sus habitantes.

Salgado viajó extensamente por la región, visitando comunidades indígenas, explorando ríos y selvas, y documentando la increíble biodiversidad de la Amazonia.

El libro está lleno de impresionantes fotos en blanco y negro que capturan tanto la magnificencia de los paisajes del Amazonas como la vida y las culturas de sus habitantes.

Desde panoramas de la selva virgen hasta retratos íntimos de las tribus que viven en armonía con su entorno, “Amazonia” ofrece una visión sin precedentes de una región que es a la vez vital para nuestro planeta y profundamente amenazada.

“Amazonia” es también un recordatorio de la importancia de proteger y preservar los ecosistemas naturales. Salgado, con su enfoque empático y su ojo para la belleza, resalta el valor incalculable del Amazonas y sus pueblos.

Sus fotografías instan a los lectores a reconocer la importancia de la Amazonia para la salud de nuestro planeta y a trabajar para protegerla.

Un viaje visualmente deslumbrante y profundamente conmovedor a través del corazón de la selva tropical más grande del mundo.

Una joya que celebra la belleza y la diversidad de la Amazonia, y que al mismo tiempo resalta la urgente necesidad de proteger y preservar esta región vital para nuestro futuro colectivo.

La sal de la Tierra (2014)

 

Destacamos por último este poderoso documental dirigido por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado -hijo del fotógrafo- que cuenta la vida y la carrera de Salgado.

El documental, lanzado en 2014, es tanto un tributo al talento y la dedicación de Sebastião Salgado como una reflexión sobre los temas recurrentes de su trabajo: la dignidad humana, la devastación ambiental y la resistencia en tiempos de adversidad.

El documental entrelaza tres hilos narrativos. El primero es una mirada retrospectiva a la carrera de Salgado, mostrando algunas de sus fotografías más icónicas y discutiendo los proyectos que las engendraron.

Desde sus primeros trabajos en África hasta sus extensos proyectos “Trabajadores”, “Éxodos”, “Génesis” y “Amazonia”, nos muestra una visión profunda de su obra y su habilidad para capturar la humanidad incluso en los entornos más difíciles.

El segundo hilo es una crónica más personal de su vida, contada a través de entrevistas íntimas y material de archivo familiar. Se exploran sus primeros años en Brasil, su exilio político, su relación con su esposa Lélia, quien ha sido una colaboradora fundamental en sus proyectos, y su lucha con la depresión tras presenciar algunos de los horrores más terribles del mundo.

El tercer hilo es la historia del Instituto Terra, el proyecto de reforestación que Salgado y Lélia iniciaron en su hacienda familiar en Brasil y del que te hemos hablado antes.

A través de este proyecto, Salgado buscó reparar parte del daño que el hombre ha infligido a la naturaleza, replantando millones de árboles en un área de selva que había sido totalmente deforestada.

“La Sal de la Tierra” es un documental que emociona y conmueve, capturando la increíble belleza y la intensa humanidad que caracterizan la obra de Salgado.

Pero también es una reflexión sobre los horrores y las esperanzas de nuestro tiempo, ofreciendo una mirada inquebrantable a la belleza y la brutalidad del mundo en que vivimos.

En resumen, es una celebración de la vida, la humanidad y nuestro vínculo con la naturaleza, a través de los ojos de uno de los fotógrafos más importantes de nuestra era.

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Legado de Sebastião Salgado

Ha viajado a más de 120 países, es Embajador de Buena Voluntad de la UNICEF en 2001 y incluso en años recientes ha recibido algunas distinciones sobresalientes, como ser nombrado Caballero de la Legión de Honor de Francia (2016) y el Premio por Contribución Destacada a la Fotografía de los Sony World Photography Awards (2024).

La lista de distinciones y exhibiciones hacia el fotógrafo es basta y se extiende hasta la actualidad. Junto a Lélia Wanick, Salgado celebra su legado a través de la exposición internacional Amazonia, musicalizada por Jean-Michel Jarre y que ha tenido presentaciones en Roma, Los Ángeles y también en territorio español: en Madrid y Barcelona. 

Sin duda, en la vasta constelación de los artistas visuales, Sebastiao Salgado brilla con una luz única.

A lo largo de su carrera, ha logrado lo que solo unos pocos pueden aspirar: cambiar nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.

Sus imágenes, a la vez desgarradoras y hermosas, son un recordatorio constante de nuestra humanidad compartida y de nuestra responsabilidad para con el planeta que llamamos hogar.

Gracias a Salgado, hemos podido vislumbrar la vida de personas y comunidades que de otro modo estarían ocultas a nuestros ojos.

Ha revelado la dignidad incuestionable de los trabajadores, la trágica diáspora de los refugiados, la majestuosidad intacta de la naturaleza virgen, y la estrecha interrelación entre el hombre y el entorno.

Cada fotografía es un testimonio de su inquebrantable compromiso con la verdad y la empatía, una invitación a abrir nuestros corazones y nuestras mentes a las realidades ignoradas.

Pero más allá de su trabajo como fotógrafo, Salgado también nos ha mostrado lo que significa ser un verdadero custodio de la Tierra.

A través del Instituto Terra, ha demostrado que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer una diferencia, de revertir la degradación ambiental y de restaurar la salud de nuestro planeta.

Su ejemplo es una inspiración y un desafío: debemos tomar medidas para proteger y preservar nuestro hogar común.

Entonces, gracias, Sebastião Salgado.

Gracias por abrirnos los ojos, por tocarnos el corazón, por inspirarnos a actuar.

Tu trabajo es un regalo para la humanidad, una luz en tiempos de oscuridad, una sal que da sabor a nuestro mundo. A través de tu lente, nos has mostrado el dolor y la alegría, la desesperación y la esperanza, la sal de la tierra. Y por eso, estaremos eternamente agradecidos.

Preguntas frecuentes

¿Cuál es su estilo de fotografía?

Salgado es conocido por su fotoperiodismo social y su estilo documental. Sus imágenes en blanco y negro tienen un alto nivel de detalle y contraste, lo que les da un fuerte impacto visual y emocional. Utiliza la fotografía para contar historias y para exponer cuestiones sociales y medioambientales.

¿Cómo logra Sebastiao Salgado esa conexión emocional en sus fotografías?

Salgado pasa mucho tiempo con las personas y comunidades que fotografia, a menudo viviendo con ellas durante meses. Esto le permite comprender mejor sus vidas y experiencias, y capturarlas de manera más auténtica y emotiva en sus fotografías.

¿Ha recibido premios por su trabajo?

Salgado ha recibido numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, incluyendo el Premio W. Eugene Smith de Fotoperiodismo Humanitario, el Premio Hasselblad, Premio Príncipe de Asturias de las Artes. También es miembro honorario de la Academy of Arts & Sciences de Boston y Nueva York, y de la Academia de Bellas Artes de Francia.

¿Sebastiao Salgado sólo ha trabajado en proyectos a largo plazo?

Aunque Salgado es mejor conocido por sus extensos proyectos fotográficos como “Trabajadores”, “Éxodos” y “Génesis”, también ha realizado trabajos más cortos y específicos. Sin embargo, tiende a preferir proyectos a largo plazo que le permiten sumergirse profundamente en los temas que está explorando.

Hablando de conocer la vida de los fotógrafos que han hecho historia…

¿Sabes que mirar sus fotografías es la mejor manera de que las tuyas tengan alguna posibilidad de hacer historia también?

 

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