Garry Winogrand fue un fotógrafo estadounidense que es referencia obligatoria en la fotografía callejera, siendo uno de los pioneros en la estética que definiría el género durante las décadas posteriores a su trabajo.
Sus fotografías más conocidas son un retrato contundente de una época convulsa y compleja. A través de su mirada cínica e irónica, inclusive a veces grosera, detalló las contradicciones de la sociedad norteamericana en las calles neoyorquinas.
”Es el artista central de su generación.
John Szarkowski, historiador y curador del MoMA
Biografía de Garry Winogrand
Primeros años en el Bronx (1928-1959)
De padres judíos que huían del antisemitismo y los conflictos en Budapest y Varsovia, Garry Winogrand nació en el Bronx un 14 de enero de 1928.
La infancia de Garry y su hermana Stella se complicaron con la inminente Gran Depresión que impactó a Estados Unidos un año después. Sin embargo, la familia salió adelante.
Como judío de clase obrera en el Bronx, Winogrand desde temprana edad supo comprender la desigualdad social, algo que sería fundamental a la hora de mostrar su punto de vista dentro de su carrera fotográfica.
Tras graduarse en bachillerato en 1946 Winogrand se unió a las fuerzas armadas aéreas, y un año después decidió estudiar pintura en el City College de Nueva York. Pero en 1948 abandonó ese colegio para estudiar pintura y fotografía en la Universidad de Columbia.
Aunque empezó a conocer la fotografía desde 1948, no sería hasta 1951 cuando sintió un verdadero interés por este arte. Esto sería gracias a las clases de fotografía de Alexey Brodovitch.
Brodovitch era el director de arte de Harper’s Bazaar y sus clases usualmente dadas en el The New School for Social Research fueron influyentes y decisivas para grandes fotógrafos como Robert Frank, Richard Avedon, Lisette Model y Diane Arbus.
Es en este ambiente cuando Winogrand empieza su carrera como fotógrafo comercial y fotoperiodista freelance.
Esta primera etapa en su carrera, de aproximadamente 10 años, se caracteriza por la ausencia de un sello distintivo. Aunque ya era profesional y existían elementos “winograndescos” en sus fotos, no había encontrado su mirada artística todavía.
En 1955 obtendría uno de sus primeros logros: una foto suya fue incluida en la célebre exposición global del MoMA, The Family of Man, curada por Edward Steichen. Le seguiría su primera exposición en solitario en la Galería de Nueva York en 1959.

Decepcionado de Kennedy, del amor… y de todos (1962-1965)
El comienzo de los sesenta fue complicado para Garry Winogrand en varios aspectos. Su matrimonio se hundía y su fe en la política estaba desapareciendo.
La crisis de los misiles en 1962 despertó en él una especie de oscura revelación: todo es demasiado frágil y la realidad que conocemos puede acabar en cualquier momento.
No es para menos, fue el momento en el que la humanidad estuvo más cerca de un cataclismo nuclear, y mucha gente se sentía así.
Un año después se separó de Adrienne Lubeau, la mujer con la que tuvo sus dos primeros hijos y con la que estuvo casado durante más de diez años.
Este golpe emocional influyó en la fotografía de Winogrand, que es justo en estos años, 1962 y 1963, cuando se hace más única e irreverente.
En el año 1964 decide viajar por carretera por todo Estados Unidos con un coche prestado por su amigo Lee Friedlander. Recorrió la Route 66, la carretera madre por la que Walker Evans, uno de sus ídolos, había pasado en busca de inspiración.
Garry Winogrand: datos básicos
Garry Winogrand es uno de los más grandes de la fotografía callejera gracias a su retrato de Nueva York entre las décadas de 1960 y principios de 1970.
Sus sujetos consisten en personas corrientes, a menudo retratadas desde ángulos extremos y de cerca, y envueltos en situaciones extrañas y caricaturescas.
Suburbios, recintos feriales, carreteras y manifestaciones pasaron por la cámara de Winogrand.
Su trayectoria abarcó desde los años cincuenta hasta principios de los ochenta y se extendió por varios países, pero su mayor momento de fama y relevancia fue a finales de los sesenta en las calles neoyorquinas.
Aunque odiaba la etiqueta de fotógrafo callejero, a menudo ha sido catalogado junto los grandes como Cartier Bresson, Robert Frank y Walker Evans, quienes influyeron bastante en su obra fotográfica.
Aunque en comparación con otros fotógrafos Winogrand no tuvo tanta trayectoria, sí dejó un extenso registro fotográfico.
- Un total estimado de casi 300.000 imágenes sin editar.
- Aproximadamente 2.500 rollos de película sin revelar.
- Cerca de 6.500 rollos de exposiciones reveladas pero no probadas.
- Alrededor de 3.000 rollos realizados solo en hojas de contacto
El Archivo Garry Winogrand del Center for Creative Photography (CCP) posee estas cifras:
- Más de 20.000 impresiones finas y de trabajo.
- 20.000 hojas de contacto.
- 100.000 negativos.
- 30.500 diapositivas en color de 35 mm.
- Un número reducido de impresiones Polaroid.
De manera prematura Winogrand falleció a los 56 años en Tijuana, México el 19 de marzo de 1984. Se encontraba buscando una cura a través de medicina alternativa para su cáncer en la vesícula biliar.
Parte de su obra sin revelar fue expuesta y publicada en el 2003 por el MoMA en Winogrand, Figments from the Real World.
Garry Winogrand: estilo fotográfico

¿Por qué es importante entender el contexto de Winogrand para valorarlo?
No estáis solos al sentir que las fotos de Winogrand son sosas e incluso vulgares, que parecen instantáneas, fotos de las que vemos en todos lados, todos los días.
De esas que se toman sin pensar nada, solo porque algo nos llamó la atención.
Y puede que en parte sea así, pero para comprender por qué Winogrand es lo que es debemos recordar su contexto: eran tiempos en los que pocos tomaban fotos y muchísimo menos desde la estética en la que el fotógrafo se estableció.
La fotografía posmoderna contra la fotografía moderna
- Una estética rebelde ante la fotografía moderna
La fotografía moderna correspondía a una estética ordenada, elegante, donde los elementos debían estar cuidados, con formas casi calculadas matemáticamente.
Pero Winogrand echó todo por tierra: desobedeció las reglas de la composición y creó escuela ante ese gesto.
Mientras Cartier-Bresson elegía un sujeto en particular y lo aislaba, por ejemplo, Winogrand seleccionaba varios y creaba encuadres que están cuidadosamente saturados de información.
Aunque parezcan un caos a primera vista, tienen un orden diferente.
- Disparando sin vergüenza y una y otra vez
Y mientras W. Eugene Smith o Robert Capa realizaban fotografías con un gran toque empático y humanizador, entendiendo a sus sujetos y conociéndolos, Winogrand nos ofrece una mirada que puede resultar más fría, humorística y entrometida.
Fotógrafos como Sergio Larraín preferían no meterse con sus sujetos, intentaban estar como fantasmas. Otros, como Walker Evans, podían incluso ocultar la cámara y si era necesario hablar o entrevistar a las personas fotografiadas.
Con Winogrand no era así. No le interesaba conocer a sus sujetos, sólo si veía una escena interesante en ellos, tomaba la foto y pasaba de largo. Sin disculpas, sin disimulo, sin esconderse.
Se cree que una vez un hombre lo quiso agredir porque no quería ser retratado. A lo que Winogrand respondió:
No es tu foto, es mi fotografía.
El antes y el después de Garry Winogrand
- Ni tragedias de la guerra, ni perfección de la moda
Frente a un contexto fotográfico en el que se enseñaba que la fotografía debía cumplir un propósito moral y poseer una serie de criterios estéticos cerrados, Winogrand se reveló creando una fotografía caótica, absurda y cruda.
Asimismo, su obra fotográfica resulta un producto de su tiempo, un registro histórico de una época donde el caos y la irreverencia eran máximas muestras de resistencia, de cambio social, de tiempos convulsos.
La fotografía publicitaria de la mano de grandes revistas y artistas como Richard Avedon e Irving Penn disfrazaban la realidad, mostrando todo desde la belleza y lo idílico.
Por otro lado, los fotoperiodistas como Smith y Capa se acostumbraron al retrato de la tragedia y la desolación.
Y en el medio, Winogrand emergió. Por eso su mirada fotográfica resultó rebelde: parecía escupir en la cara de los modernistas de la fotografía.
Por estas razones se le enmarca entre los pioneros y referentes de la fotografía posmoderna, junto a su amigo y contemporáneo Lee Friedlander, así como los artistas William Eggleston, Andreas Gursky o Cindy Sherman.

Estética de instantáneas
Garry Winogrand irónicamente detestaba dos de las etiquetas en las que se le suele catalogar: la fotografía callejera y la estética de instantánea.
Sin embargo, la razón por la que suele considerarse que Winogrand es un visionario de la estética de instantánea es que intencionalmente “descuidaba” la composición.
O mejor dicho, componía a partir de lo que comúnmente se consideraban fallos de novato, como tener muchos elementos en el encuadre, desenfoques, cuerpos mal cortados y el horizonte inclinado.
Como pasa con Lee Friedlander, Winogrand es engañoso: es como si sus fotos estuvieran mal hechas, pero es todo lo opuesto. Nos reta a ver más allá.
El plano holandés, que es como llamamos al horizonte cuando está inclinado y forma una diagonal, es omnipresente en la obra del fotógrafo. Los diagonales lo son todo en él: es uno de sus sellos característicos hacernos notar esta inusual armonía compositiva.
Nos da la sensación de que sacó la cámara y tomó la foto sin pensarlo dos veces. Y, en realidad, así era: tomaba fotos compulsivamente. Caminaba y disparaba una y otra vez, con cada escena que le llamaba la atención.
Se lo podía permitir porque sabía que la mayoría de personas en aquellos tiempos no iban a protestar por ser fotografiados. Si acaso, algunos lo iban a ver como un “señor raro”.
Sin embargo, Winogrand era muy confiado, carismático y extrovertido. Esto le hacía parecer simplemente un señor inofensivo.
El humor y la negación de la narrativa
Si algo tenía Winogrand era un sentido del humor basado en la sátira, la parodia o en la burla directa. No hay mucho disimulo en sus comentarios irónicos, ni sutilezas en la superficie.
Claro está que, mientras más vemos sus fotografías, más lecturas podemos sacar; sin embargo, siempre hay un sujeto y un relato que sobresale.
Winogrand tiene una idiosincrasia capaz de hacernos responsables de crear historias, de ver capas y capas de profundidad en un pequeño instante superfluo.
Es importante aclarar que él no creía en la posibilidad de la narración fotográfica.
Su punto de vista es bastante simple: las fotos son solamente fotos, encierran un momento sin contexto alguno y la historia alrededor la crea el espectador. El fotógrafo, como artista que es, deja que el público termine la obra.
Quizá una forma más directa de comprender esto es asimilar que la fotografía, después de todo, puede ser un arte muy sugestivo. Por naturaleza lo es. No es como si fuera un relato o una película, donde podemos profundizar en una historia.
En sus propias palabras:
Creo que no hay una fotografía en el mundo que tenga alguna habilidad narrativa. Ninguna. Las fotografías no cuentan historias, muestran cómo luce algo para la cámara. (…) La fotografía es una ilusión de una descripción literal. Es una porción de tiempo en el espacio, es eso y nada más.
En una foto, sólo vemos una cápsula de una historia más grande o, tal vez, una pequeña historia apoyada en nuestra imaginación.
Dato curioso: para distanciarse de sus fotografías, Winogrand acostumbraba fotografiar y revelar incluso años después. Esto es porque creía que de este modo se evitaba dejarse llevar por la emoción del momento y la distancia del tiempo permitía tener una perspectiva fría y calmada, posibilitando un mejor criterio para valorar la foto.
La docencia de Winogrand y el poder de su filosofía
Garry Winogrand dio clases fotografía durante cinco años en la Universidad de Texas en Austin entre 1973 y 1978. Con anterioridad tambien lo hizo en Nueva York y Chicago.
Su enseñanza era, como mínimo, peculiar: acostumbraba a permanecer en silencios incómodos hasta que un alumno soltaba algún comentario que él consideraba interesante.
Al fotógrafo se le notaba que con lo que más disfrutaba era con el proceso de tomar fotos, no enseñar, ni revelarlas. Solo tomar fotos por las calles.
De hecho, Winogrand solia dejar el revelado en manos de terceros, pidiendo siempre que fuera un revelado simple, lo más puro posible.
La enseñanza que él siempre quiso impartir en sus clases era el valor de la individualidad. A través de la práctica y el diálogo directo, Winogrand quería que los alumnos fueran capaces de defender sus propios estilos y encontrar su propia voz en la fotografía.
Así, acostumbró a sus alumnos a salir a fotografiar y a que aprendieran a ver, en vez de concentrarse sólo en los aspectos técnicos.
Series y libros de Garry Winogrand
Animals (1968)

Animals sería el primer libro de Garry Winogrand y un éxito entre la comunidad artística debido a su irreverencia y comentario social. También tuvo una exposición homónima al año siguiente en el MoMA.
La serie trata de los animales de los zoológicos de Coney Island Aquarium y el Bronx Zoo, y su interacción con los seres humanos.
A través de varios recursos dentro del encuadre, Winogrand crea comparaciones juguetonas y burlonas entre ambas especies.
Dos ejemplos representativos del cinismo del autor están en esta foto de la mujer mayor con los hipopótamos de fondo y esta pareja interracial cargando unos monos vestidos con ropa infantil.
¿Qué os sugiere esta foto? Eran los Estados Unidos justo cuando acababan de legalizar el matrimonio interracial, algo impensable para muchos racistas.

Women Are Beautiful (1975)
Los sujetos que fotografiaba Winogrand eran personas comunes, aunque es obvio que tuvo cierta predisposición por las mujeres atractivas. Lo muestra en su libro Women Are Beautiful.
No podemos negar el aspecto cosificador que Winogrand impregnaba en muchos de sus retratos de mujeres desconocidas, sobre todo cuando sus composiciones ponen el énfasis en atributos físicos. Pero a su manera, para el contexto de la época, este tipo de fotografía también era contestataria.
Eran tiempos de cambio, del auge de una nueva ola de feminismo y la decadencia de los sistemas de censura en la industria cinematográfica de Hollywood.
La conciencia pública sobre la relevancia de no fotografiar a alguien sin consentimiento, en especial a la mujer, era poca.
La sexualidad femenina era expresada de manera muy puritana y limitada, y Winogrand fue un autor visionario en registrar cómo las mujeres estaban vistiéndose y desafiando las normas a las que habían estado atadas durante tanto tiempo.
No deberíamos aplaudir y justificar su comportamiento hacia su forma de fotografiar a las mujeres desde una mirada actual, pero podemos comprender su contexto y las intenciones de su trabajo. De cualquier manera, el retrato de las mujeres hecho por Winogrand es diverso y dentro de la serie encontraremos un poco de todo.
Garry Winogrand tras los setenta y su súbita muerte
Garry Winogrand llegó a estar en la cima de la fotografía y así como subió, le tocó descender. A partir de finales de los setenta la fotografía del autor se vuelve diferente en temática y sujetos. Se interesa más en componer a partir de las formas y el espacio.
Con la llegada de la nueva década, una nueva realidad estaba llegando.
La crisis de los misiles, el movimiento hippie, el asesinato de John F. Kennedy, Martin Luther King y Malcolm X.
La Guerra de Vietnam, los disturbios de Stonewall o la Beatlemanía.
Todo el terremoto de eventos socioculturales de finales de los sesenta ya había pasado. El ambiente se volvió distinto y en consecuencia, lo que Winogrand fotografiaba ya no causaba el mismo impacto.
Esa irreverencia, ese descaro y rebeldía, ya no era percibida por el público. El efecto no era como antes. Sin embargo, esto no significa que Winogrand fuera completamente olvidado.
Simplemente ya había pasado su “momento”. Con Diane Arbus y Lee Friedlander pasó algo similar. Los setenta fue la década en la que los tres fotógrafos consiguieron la madurez artística y daban paso a una nueva generación de fotógrafos inspirados por sus obras.
Tras estar casado con Judy Teller entre 1967 y 1969, en 1972 tuvo su tercer matrimonio con una mujer llamada Eileen Adele Hal. Con ella tuvo su tercera hija, Melissa. Permanecieron casados hasta el momento de la muerte del fotógrafo.
Exposiciones y méritos de Garry Winogrand
Garry Winogrand ganó tres becas Guggenheim en 1964, 1969 y 1970; también una beca del National Endowment for the Arts hacia 1975.
La primera exposición importante de Winogrand sería Five Unrelated Photographers en 1963, junto a Minor White y Ken Heyman, entre otros. La siguiente fue The New Documents en 1967, del curador John Szarkowski, uno de los máximos responsables de dar a conocer al artista.
De esta forma expone junto a Diane Arbus y Lee Frieldander, logrando de inmediato más notoriedad e influencia: los tres se convirtieron en referentes de la fotografía posmoderna.
La primera retrospectiva hacia el fotógrafo se realizó en San Francisco desde Fraenkel Gallery en 1980. Actualmente su obra se encuentra en exhibición permanente en el MoMA, el Instituto de Arte de Chicago y el Museo Whitney de Arte Americano en Estados Unidos.
Si hubiera que definir a Garry Winogrand en una frase, quizá las palabras adecuadas sean: caos de instantáneas falsas. Caos ordenado, e instantáneas que no son tal, sino fotografías increíblemente elaboradas que, sin embargo, se ven sencillas.
Y esto se dice fácil, pero no está al alcance de cualquiera. Puede gustarte o no Winogrand, pero si es considerado universalmente un maestro de la fotografía callejera, no es por capricho.
El que no arriesga no gana. Cada vez que encuadras, te arriesgas a fracasar.

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Preguntas frecuentes
¿Qué técnicas y equipo utilizaba Garry Winogrand?
Usó las cámaras Leica M3 y M4 con un objetivo gran angular preenfocado de 28 mm que permite una apertura máxima de f/2.8. Esto le permitió trabajar rápido. Usaba la película Kodak Tri-X, la más popular y reputada de su época.
¿Quién influyó en Garry Winogrand y a quiénes inspiró?
Winogrand tuvo influencias de los maestros Walker Evans, Robert Frank y Henri Cartier-Bresson. En menor medida, también de Edward Weston, Eugène Atget, Brassaï y André Kertész. También encontró inspiración en contemporáneos como Joel Meyerowitz y William Klein.
Winogrand asimismo se convirtió en un referente para William Eggleston, Tod Papageorge y Stephen Shore.
¿Cómo definió la fotografía Garry Winogrand?
A diferencia de la mayoría de fotógrafos, Winogrand renegaba de la fotografía como medio para contar historias. Veía la fotografía más como un registro visual en el que se pueden presentar múltiples eventos simultáneos, pero sin una estructura narrativa lineal ni una historia explícita. Por eso, sus fotografías son una oportunidad para ejercitar la mirada fotográfica al analizar las formas y capas de lecturas dentro de las mismas.
¿Qué características definen el estilo fotográfico de Winogrand?
Fotografía callejera de aspecto espontáneo y dinámico, en la que solía abrazar el “ruido visual” (el exceso de elementos en el encuadre) en vez de ocultarlo. Intencionalmente dejaba a menudo el horizonte no paralelo y disparaba mucho, dotando así a sus imágenes de una estética espontánea.
Fuentes
- https://www.lavanguardia.com/cultura/20210610/7518053/garry-winogrand-fotografo-queria-ver-vida-kbr-mapfre.html#foto-3
- https://jeudepaume.org/en/evenement/garry-winogrand-4-2/
- https://www.icp.org/browse/archive/constituents/garry-winogrand
- https://fraenkelgallery.com/artists/garry-winogrand
- https://www.fundacionmapfre.org/arte-y-cultura/colecciones/garry-winogrand/
https://fraenkelgallery.com/exhibitions/garry-winogrand-the-sixties
https://www.nga.gov/audio-video/video/winogrand-rice-university.html
https://www.theartstory.org/artist/winogrand-garry/
Hablando de conocer la vida de los fotógrafos que han hecho historia…
¿Sabes que mirar sus fotografías es la mejor manera de que las tuyas tengan alguna posibilidad de hacer historia también?